lunes, 12 de enero de 2015

Clínica no es el Harrison

Clínica no es el Harrison
 
Fue durante los días de la Edad Media, que surge la necesidad teórico y práctica de dividir a la medicina en “externa” e  “interna”, para diferenciar a aquella acción sobre los cuerpos que derivaban de una exigencia externa, como los traumatismos , lo quirúrgico, “lo visible”. Y aquellas que provenían de enfermedades no visibles, de “órganos internos” y por ende derivaban en una interpretación y acción médica distinta. Esta situación de invisibilidad del proceso mórbido y la imposibilidad del paciente de explicar porqué se halla en estado de enfermedad, hizo que el médico que atendía estas enfermedades internas desarrollara con mayor agudeza la anamnesis,  las preguntas, la indagación, la sospecha, la puesta en crisis de una hipótesis, que caracterizó su accionar y dio paso al nacimiento del método clínico. Quien ponía en marcha este método lo hacía necesariamente desde un perfil de médico sustentado en una persona que duda, indaga, pregunta, se cuestiona, un médico que se obliga a observar, a llegar con su mirada mas allá del cuerpo, a no dejar pasar detalles, a interpretar cada inflexión de la voz del paciente, a poner toda su sensorialidad al servicio de resolver un dilema esquivo a su racionalidad pero de abordaje indispensable para resolver un problema de salud. Un médico que al llegar el paciente, en vez de buscar una sierra o un escalpelo, se procuraba una silla para escuhar con tiempo. Y así descubrió el valor de la escucha, de sentir, de oir, el valor terapéutico de revisar, de ir a una casa, de hablar con la familia, de entenderla, de sentarse cerca, junto a la cama del paciente. La cama, nacida de la palabra griega klinis, de ahí nuestra clínica, ya acuñada muchos siglos antes que el de medicina interna, por los griegos. Aquí veo una diferenciación epistemológica entre medicina interna y clínica. Medicina Interna nace de la necesidad de dividir enfermedades, problemas, consultas, patrones de enfermar.El nombre Clínica Médica nace de la observación y jerarquización de una actitud, de un modo de “estar” en la medicina, la que se distingue por “ser y estar” al lado del paciente en su klinis, su cama, su lecho. Me interesa conceptual e ideológicamente, esta idea de clínica como una disciplina-actitud, desde allí veríamos e interpretaríamos lo clínico de las especialidades, la clínica quirúrgica, la “visión clínica” del enfermo.
Actitud que trasvasaría a una disciplina específica o especializada. Algo que estaría en todos por igual, y sobre el que el médico clínico docente tiene mucho para decir y hacer, aportando un método, una actitud, una ética, un estilo de ejercicio médico.
El término Medicina Interna, en tanto la acepción actual, fue acuñado por Friedriech en el I Congreso de Medicina de Wiesbaden, en Alemania durante 1882 . Mientras, en Baltimore,William Osler iniciaba la residencia de medicina en el John Hopkins, definiendo a la medicina interna como “…aquella parte de la medicina que se separa de la cirugía, la ginecología y la obstetricia…”.  En 1894 la revista Zentralblatt für Klinsche Medizin cambia su nombre por Zentralblatt für Innere Medizin.
De aquí en mas, Medicina Interna será el nombre que prevalecerá como denominación a la práctica de la clínica médica, de la mano de la influencia de la medicina alemana y la escuela osleriana norteamericana. Sin embargo la literatura francesa y española mantendrán de manera mas presente la denominación de Clínica Médica. La influencia francesa es innegable en la clínica médica argentina y de nuestra escuela platense en particular.
En 1907 se funda Archives of Internal Medicine, en 1927 sale a la luz el Cecil, y luego de la finalización de la 2da. Guerra ,e  inaugurando el nuevo orden económico, político y cultural mundial , aparece la primera edición del Harrison.
Todos textos de mucha influencia que bajo la denominación de Tratados de Medicina Interna, rubricaban el nombre de la disciplina y delimitaban mas claramente los contenidos vinculados con aspectos exclusivamente biomédicos, sin jerarquización epidemiológica, ni regional, con un método homogéneo de cada tema y bajo la forma de tratados.
 Pero otros textos, corrientes y modo de ver la medicina, elegían el nombre de Clínica Médica.En 1934 aparecen las “Conferencias de Clínica Médica” de Luis Ramond, maestro de la clínica médica francesa, inspirador de conceptos y enfoques que tiñeron a los maestros de la medicina platense. En 1951 aparecen los “ Diálogos de fisiopatología clínica “de Eduardo Benzecry del Hopital “Ramos Mejía”, ejemplo de didáctica literaria médica. EnEspaña en 1953 salió la primera edición del voluminoso tratado de “Patología y Clínica Médica”, de Pedro Pons. Finalmente al momento de escribir un texto sobre la disciplina, Fidel Schaposkik, maestro de la medicina platense, elige el nombre de “Clínica Médica”, donde el desarrollo temático es antecedido por la presentación de un problema clínico, cuya primera edición fue en el año 1959. En estos libros franceses, españoles y argentinos se prioriza el nombre clínica médica por el de medicina interna.
 
Creo que el rol del docente de Clínica Médica debe incluir una posición crítica y de debate en torno al contenido y los límites de la disciplina. En este sentido mi postura es la de utilizar la denominación Clínica Médica por sobre Medicina Interna, coherente con la idea de que este nombre marca no solo un contenido, al que hay que actualizar con otras disciplinas y temáticas que van mas allá de las “enfermedades internas” , sino también, por simbolizar una actitud , un ser médico al lado del paciente.

Efraín Salvioli
Especialista en Clínica Médica
Instructor de Residentes de Clínica Médica del Htal. de Gonnet de La Plata.
Presidente de la Sociedad de Medicina Interna de La Plata.
Docente de la Cátedra "A" de Clínica Médica. UNLP